El pasado domingo 4 de agosto, con una brisa suave soplando en el Estrecho, “Salado”, un macho adulto de aguilucho cenizo que se reproduce en la campiña de El Palmar en Vejer de la Frontera, se aventuró a cruzar hacia el sur desde Caños de Meca hasta el cabo Espartel. Pensábamos que había comenzado su migración postnupcial.
Como parte del proyecto de conservación del Aguilucho Cenizo en La Janda, “Salado” fue capturado y equipado con un dispositivo GPS el 26 de mayo. Este dispositivo nos proporciona valiosa información sobre su localización durante la reproducción y otros momentos clave de su vida, lo que es especialmente relevante para una especie amenazada como esta.
Desafortunadamente, “Salado” no logró reproducirse este año. A mediados de junio, un incendio fortuito arrasó el cereal donde sus polluelos, ya bastante crecidos, estaban a punto de volar. Desde entonces, “Salado” se ha mantenido en la zona, pernoctando en reservas de pasto en pie y cazando en el norte de la campiña, en áreas de monte bajo y matorral.
Su migración hacia el sur fue rápida. El primer día, cruzó Mequínez; al siguiente, el Atlas, adentrándose en el desierto. Sin embargo, lo que parecía ser el inicio de su viaje al sur pronto se convirtió en un misterioso retorno. Después de pasar un día en la cara norte de las montañas cerca de Beni Melal, “Salado” cambió de rumbo y, con un vuelo menos directo, llegó a Tánger el 13 de agosto, nueve días después de su partida.
Sorprendentemente, desde la misma ciudad, decidió cruzar de nuevo al norte. En menos de una hora ya había sobrevolado el Estrecho, pasando por El Ombligo y remontando La Peña, hasta llegar a La Janda, donde pasó su primera noche tras el regreso. Y ya, al siguiente día, volvió a su zona de reproducción en la campiña de El Palmar
Este inesperado viaje al sur, seguido de un rápido retorno, nos deja con muchas preguntas sobre la migración de esta especie. No podemos determinar con certeza qué lo impulsó a regresar, aunque podemos suponer que las condiciones meteorológicas o la disponibilidad de alimentos jugaron un papel importante.
Lo que sí sabemos es que la decisión de cuándo migrar es crucial para la supervivencia de estas rapaces. Gracias a este tipo de estudios y marcajes, continuamos profundizando en el conocimiento de la biología de los reyes de las campiñas.